Perro ciego adoptado tras sobrevivir un brutal ataque, refugio sobrepoblado
Bongo, un perro ciego, sobrevivió heridas graves y al estrés de un refugio sobrepoblado antes de encontrar un nuevo hogar con una adoptante del estado de Washington. Cientos de otros perros siguen esperando un hogar definitivo.

La historia del perro Bongo podría haber terminado en una zanja. En cambio, está terminando con un boleto de ida a Washington.
El perro ciego, que sobrevivió a una herida brutal y meses de incertidumbre en el sobrepoblado Pima Animal Care Center (conocido por sus siglas en inglés como “PACC” y traducido al español como Centro de Atención Animal de Pima), fue adoptado esta semana por una mujer que visitaba Tucson desde el estado de Washington.
Ella no había planeado llevarse un perro a casa, pero cuando vio a Bongo, se enamoró.
El personal de PACC describió a la nueva dueña de Bongo –una entusiasta de las actividades al aire libre– como una pareja maravillosa para él, y ahora los dos están en camino al norte para comenzar una nueva vida juntos.
“Estamos encantados de que el dulce Bongo haya encontrado a su familia, y esperamos encontrar el mismo final feliz para las muchas otras mascotas bajo nuestro cuidado,” dijo la Oficial de Información Pública de PACC, Kayleigh Murdock.
El pasado de Bongo es un misterio, pero su cuerpo contaba una historia de violencia extrema. Cuando lo encontraron en enero cerca de PACC, sus cuencas de ojos estaban en carne viva y ensangrentadas, y tenía un corte profundo que iba desde la parte superior del cráneo hasta el hocico.
Algunos especularon que la herida tenía la aterradora precisión de un corte con cuchillo, lo que conmovió a toda la comunidad de amantes de los perros de la ciudad.
“La naturaleza de sus heridas es increíblemente inusual,” dijo la Dra. Jen Wilcox, directora de servicios veterinarios en PACC. “No sabemos qué le pasó. Probablemente nunca lo sabremos.”
La ley estatal clasifica la crueldad animal intencional como un delito grave según ARS 13-2910, que cubre la negligencia, la tortura, el abandono y la mutilación. Pero los procesamientos son poco frecuentes. Muchos casos quedan impunes debido a la falta de pruebas o la resistencia a denunciar el maltrato.
“Las lesiones de Bongo fueron extremas,” dijo Wilcox. “Si alguien le hizo esto intencionalmente, debería rendir cuentas. Pero no sabemos quién lo lastimó. Nunca lo sabremos.”
Una cirugía de emergencia salvó la vida de Bongo, pero el tiempo que pasó en el refugio casi lo destruye.
Los constantes ladridos de casi 600 perros, el caos y el estrés eran demasiado. Saltaba y caminaba frenéticamente en su jaula, una protesta silenciosa contra la reja que lo confinaba.
La crisis de los perros con necesidades especiales
Bongo es uno de los afortunados. Muchos perros con necesidades especiales—ciegos, sordos, amputados, traumatizados—nunca logran salir con vida de los refugios.
Esperan más tiempo que el resto para ser adoptados y, cuando el espacio se agota, suelen ser los primeros en ser sacrificados.
Las cifras son desalentadoras. Según la organización Best Friends Animal Society, en 2023 fueron sacrificados 355,000 animales de refugios en EE.UU. Los perros con necesidades especiales se ven afectados desproporcionadamente.
"La gente duda en adoptar perros con discapacidades,” dijo Wilcox. "Piensan que será demasiado trabajo. Pero los perros ciegos, los perros de tres patas, los perros sordos... se adaptan. Solo necesitan a alguien dispuesto a darles una oportunidad.”
Alaska Mittelette, una consultora de comportamiento animal especializada en perros con necesidades especiales, ha visto esto de primera mano. Su experiencia con Misty, una perra parcialmente ciega y sorda, reformuló su comprensión de la comunicación canina.
“Sufro de problemas de procesamiento sensorial, así que pude relacionarme con el mundo de Misty,” dijo. “La mayoría de los perros sordos y ciegos tienden a abrumarse más rápido con algunos estímulos. Eso realmente moldea su forma de interactuar con el mundo.”
Bongo tuvo que reaprender el mundo sin vista. Al principio, cada paso era inseguro, sus oídos escaneaban desesperadamente en busca de sonidos familiares. Pero los perros son resilientes. En pocas semanas, aprendió a caminar con confianza con una correa, permaneciendo cerca del lado de su cuidador, escuchando, mapeando su entorno.
“Los perros ciegos viven vidas completamente normales,” dijo Wilcox. “Una vez que están en un ambiente estable, prosperan.”
Para Bongo y muchos otros perros, el refugio puede ser agobiante. Aunque PACC es el refugio más grande del sur de Arizona, fue diseñado para albergar solo a unos 300 perros.
Actualmente tiene casi 600, con el ruido, el estrés y el confinamiento pasando factura.
“Para un perro como Bongo, que ya está lidiando con tanto, el estrés es aún peor,” dijo Wilcox.
La sobrepoblación lleva a la eutanasia y, si bien PACC hace todo lo posible por evitarla, la realidad es dura: cuando no hay espacio, se deben tomar decisiones difíciles.
PACC opera como un refugio de admisión abierta, que da la bienvenida a todos los animales que lo necesitan, independientemente de su salud o situación. A pesar de los desafíos que esto implica, PACC ha mantenido una tasa de liberación de animales vivos de más del 90% en los últimos años, un umbral frecuentemente asociado con refugios “no kill” (de no sacrificio).
Esto significa que la gran mayoría de los aproximadamente 17,000 animales que recibe anualmente encuentran hogares u otros lugares seguros.
Pero no todos.
Los que se quedan atrás
Bongo está en camino a un nuevo hogar, donde disfrutará de la seguridad de una familia y la vida tranquila que le dará su nueva cuidadora.
Pero cientos de otros perros permanecen en PACC, esperando.
Para los perros con necesidades especiales, encontrar el hogar adecuado puede tomar tiempo. Y el tiempo es algo que muchos refugios no tienen.
Murdock recordó la primera adopción de Bongo el mes pasado. No duró mucho—fue devuelto en pocos días.
"No se siente cómodo con otros perros,” dijo. "Y eso está bien. Algunos perros necesitan ser la única mascota.”
Mittelette, que ha dedicado su carrera a comprender cómo los perros con capacidades diferentes navegan sus entornos, enfatiza que adoptar un perro con discapacidades no es más difícil, es simplemente diferente.
"Soy una profesional, y aún así tenía miedo de fallarle a mi perro recién adoptado,” dijo. "Pero resultó que realmente construyes una nueva vía de comunicación a lo largo del camino, como con cualquier otro perro. Es solo un lenguaje diferente. No es difícil, es algo nuevo a partir de lo que ya conoces. Así que te pones creativo, reinventas tu vida cotidiana, consigues la ayuda de gente que ya sabe, que ya habla el idioma del perro que acabas de adoptar.”
Flo Tomasi es estudiante de posgrado en el programa de periodismo bilingüe de la Universidad de Arizona y periodista independiente.
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