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Une ministre de Tucson está trabajando para abrir una iglesia interreligiosa inclusiva en Sur Tucson, centrada en personas anteriormente encarceladas, personas sin hogar y aquellas impactadas por la opresión sistémica.

Le reverende Ellie Hutchison es educadore, teólogue y defensore del ministerio centrado en la justicia. Aunque la iglesia aún se encuentra en sus etapas de formación, Hutchison dijo que será moldeada por las necesidades y experiencias de aquellos a quienes sirve.

“Estamos construyendo algo que no es simplemente otra iglesia; es un espacio de expresión espiritual, el cuidado comunitario y bienvenida radical,” dijeron. “La gente que sale de prisión se pregunta: '¿Cómo encontramos la pertenencia? ¿Cómo adoramos cuando el mundo exterior no se parece al mundo interior?’”

La iglesia estará fijada en prácticas corporales, las artes y rituales comunitarios, en lugar de estructuras de adoración tradicionales. Inspirándose en la teología mujerista (una perspectiva teológica que centra las experiencias de las mujeres negras), los principios de ayuda mutua y los movimientos de liberación, Hutchison imagina un espacio donde todos los buscadores espirituales, independientemente de su origen religioso, puedan reunirse para sanarse y conectarse.

El camino de Hutchison hacia el ministerio no fue convencional. Originalmente del centro de Pensilvania, elle se mudó a Arizona cuando era une joven madre, en busca de nuevas oportunidades y un nuevo comienzo.

Sus actividades académicas le llevaron a la literatura y los estudios sobre discapacidad, donde comenzó a examinar críticamente cómo la teología y las políticas públicas dan forma a la vida de las personas.

“Nunca quise ser pastore,” dijo Hutchison. “Fui al seminario porque estaba viendo estos hilos teológicos entretejidos en la literatura, la historia y los sistemas sociales. Me atrajo la forma en que la fe se cruzaba con el liderazgo público, no con el púlpito.”

Fue el trabajo de Hutchison dentro de las cárceles de mujeres a través de una iniciativa educativa con Arizona State University (Universidad Estatal de Arizona) lo que alteró su camino.

Mientras cofacilitaba cursos de humanidades y religión con mujeres encarceladas, descubrió un profundo deseo de guía espiritual y conexión.

“Las mujeres que estaban dentro me dijeron: ‘Las iglesias no son expulsadas de las cárceles,’” recordó Hutchison. “Me pidieron que les iniciara una iglesia. Vieron algo en mí antes de que yo lo viera en mí mismo.”

Esta experiencia le llevó a buscar la ordenación formal a través de Fellowship of Affirming Ministries (traducido libremente al español como Comunidad de Ministerios Afirmantes) en asociación con United Church of Christ (Iglesia Unida de Cristo) y Christian Church (Disciples of Christ) (Iglesia Cristiana (Discípulos de Cristo)).

The Fellowship (traducida libremente en español como La Congregación), fundada por la obispa Yvette Flunder, ofrece vías de ordenación para el clero LGBTQ+ y BIPOC (personas negras, indígenas y de color) que históricamente han sido excluidos de los entornos ministeriales tradicionales.

El trabajo de Hutchison cubre la organización basada en la fe, la cuidado atención pastoral y la cocreación comunitaria, todo ello establecido en el compromiso interreligioso y la teología de la liberación mujerista, un movimiento que aboga por la igualdad de género, la estructura social y el empoderamiento de las mujeres de color.

Su trabajo también está profundamente influenciado por los escritos de Octavia Butler, particularmente The Parable Series (La Serie de Parábolas).

"Butler nos pide que consideremos: '¿Quiénes se supone que debemos ser unos para otros?' Esa es la pregunta que guía este ministerio," dijo Hutchison.

Uno de los proyectos más ambiciosos de Hutchison ha sido el desarrollo de un programa de Educación Pastoral Clínica dentro de las prisiones, que permite a las personas encarceladas entrenar para ser capellanes.

“Estas mujeres ya están haciendo trabajo de capellanía,” dijeron. “Ellas son las que se consuelan mutuamente cuando llegan malas noticias, las que dan espacio para el dolor y las que dirigen círculos de oración. El sistema penitenciario no las reconoce, pero nosotros sí.”

La meta de Hutchison es crear un camino hacia capellanía pagada para personas encarceladas, permitiéndoles usar sus habilidades tanto dentro como fuera de prisión una vez liberadas. El programa está actualmente en desarrollo y hay planes de expandirlo también a las cárceles de hombres.

Pero el trabajo de Hutchison no ha estado exento de oposición. 

“Un ministerio evangélico de prisiones me llamó literalmente una amenaza para el cristianismo,” dijo. “¿Porque reconozco la existencia de otros dioses? ¿Porque creo que nuestra fe no es única en la historia? Si eso es una amenaza, entonces tal vez el cristianismo necesite hacer un examen de conciencia.”

A pesar de estos desafíos, Hutchison sigue comprometide a fomentar una comunidad espiritual que abrace la duda, el cuestionamiento y las diversas expresiones religiosas.

Mientras Hutchison continúa construyendo este nuevo hogar espiritual, se enfoca en garantizar su sostenibilidad explorando alianzas con comunidades de fe progresistas, organizaciones de ayuda mutua y artistas, para crear un espacio multiuso que pueda albergar no solo adoración, sino también prácticas creativas y curativas.

"No tenemos prisa," dice. “Esto es algo que se está creando conjuntamente con las personas que lo llamarán hogar. Tiene que crecer orgánicamente.”

Para Hutchison, el ministerio no se trata de instituciones. Se trata de personas. Se trata de construir algo que dure, algo que libere y algo que realmente dé la bienvenida a aquellos a quienes la sociedad a menudo deja de lado.

Mientras Hutchison finaliza los planes para un espacio físico para la iglesia, planea organizar reuniones pronto, incluso si eso significa organizarlas fuera de su propia casa.

"Aún lo estamos averiguando," admitió Hutchison. “Pero sé una cosa: se supone que debemos estar aquí el uno para el otro. De eso se trata realmente la fe.”

Angelina Maynes es egresada de la Universidad de Arizona y reportera del Foco de Tucson. Contáctala en angelinamaynes@arizona.edu.

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