Activistas de Tucson manifestaron en el capitolio estatal por justicia y empoderamiento comunitario
Activistas de Tucson viajaron al capitolio estatal con LUCHA para abogar por la justicia, celebrar los esfuerzos comunitarios y abordar las preocupaciones sobre las políticas de inmigración.
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Un grupo de Arizona que empodera a las comunidades hispanas llevo a los tucsonenses al capitolio estatal el martes pasado para exigir que los legisladores prioricen a las personas sobre las ganancias.
Living United for Change en Arizona (conocidos por sus siglas en inglés como LUCHA y su nombre traducido al español como Vivir Unidos por el Cambio en Arizona) es una organización basada en membresía que lucha por la justicia social, racial y económica.
El evento del martes pasado no era una protesta, sino un espacio para que la gente se reuniera y celebrara los esfuerzos para generar cambios. Contó con comida, presentaciones y una celebración de los organizadores voluntarios del grupo. El evento es uno de una serie que continuará con el Día de la Defensa en marzo y en mayo, cuando el estado finalizará el presupuesto.
Phoenix, hogar del capitolio estatal, es la quinta ciudad más grande de Estados Unidos y, en noviembre, los votantes del condado de Maricopa apoyaron en su mayoría al expresidente Donald Trump.
Pero “nuestro estado es más que Phoenix,” dijo Rocky Rivera, organizador de LUCHA en Tucson.
La menos poblada Tucson fue conocida durante mucho tiempo como un enclave demócrata en un estado predominantemente republicano, un calificativo que es visible en los resultados de las elecciones presidenciales. Tucson fue uno de los cuatro únicos condados que ganó la candidata presidencial y vicepresidenta Kamala Harris.
Los demócratas también dominan el panorama político local en Tucson, desde la alcaldesa de Tucson, Regina Romero, hasta su concejo municipal exclusivamente demócrata.
Cientos de personas salieron a las calles del centro de Tucson el día de la toma de posesión para protestar por el regreso de Trump y su “agenda millonaria.”
Es por eso que LUCHA llevó a los tucsonenses a Phoenix la próxima semana y motivará a las personas a registrarse para el evento y solidarizarse con las comunidades que se verán afectadas por las nuevas órdenes de inmigración y los cambios en el camino hacia la ciudadanía.
"Hay mucha ansiedad en la comunidad por las deportaciones masivas,” dijo Rivera. “Estamos preocupados, tenemos miedo, estamos temerosos, queremos ver un cambio. Pero aún así queremos sentarnos en nuestra zona de confort y quedarnos en casa. No queremos presentarnos por nosotros mismos. Entonces, si no lo vas a hacer por ti, hazlo por tu comunidad o por las generaciones futuras.”
En su primer día en el cargo, Trump firmó una orden ejecutiva que elimina las políticas implementadas por el expresidente Joe Biden que protegían a las comunidades marginadas, el medio ambiente y la salud pública, entre otras cosas.
Elsa, quien habló con el Foco de Tucson antes de la toma de posesión de Trump, dijo que aunque estará en el autobús a Phoenix, tiene miedo de estar al frente de la defensa de su comunidad.
Elsa vive en un estado de limbo en el que no es exactamente indocumentada, pero tampoco es ciudadana estadounidense. Por respeto a la situación de Elsa, el Foco de Tucson no publicará su apellido.
Dijo que sabe que participar en el evento afectará su salud mental, pero planea ir de todos modos.
“Solo desearía sentirme más segura al respecto. Si fuera una ciudadana, tal vez sería más valiente para hacerlo, pero ahora estoy muy abrumada,” dijo Elsa. "Cuando se trata de ser visible en público, temo por mi vida.”
Dijo que está aterrorizada por posibles redadas en Phoenix, pero se siente protegida y emocionada por la cantidad de personas que ella espera que asisten.
Desde la inauguración, Elsa ha tratado de permanecer en casa tanto como sea posible, saliendo sólo para trabajar y hacer necesidades. Solía comprar en El Super en el sur de Tucson, pero dejó de ir al lado sur por miedo a ser detenida.
"Realmente desearía que las cosas fueran diferentes,” dijo. “Ojalá no tuviera que tener miedo de salir, de vivir mi vida, de no tener que ver toda esta violencia en este país que se autodenomina la tierra de los libres. Ya no quiero despertarme asustada, pero desafortunadamente es nuestra realidad, solo nos queda vivir con ella y mantenernos a salvo.”
La Ley Laken Riley, aprobada de manera bipartidista por el Congreso, permite a Seguridad Nacional detener a inmigrantes si se les acusa de ciertos delitos penales. Aunque el sheriff de Pima County, Chris Nanos, dijo que no tiene planes de hacer cumplir la ley, Elsa todavía está preocupada por el posible impacto.
“Definitivamente ha estado en el fondo de mi mente,” dijo Elsa. “De joven cometí delitos menores, de adulta me dieron un DUI de manera muy estúpida. No es mi carácter, pero da miedo pensar que debido a un error del pasado, algo que he rectificado, he cambiado, me van a señalar por eso.”
Ella y su pareja, Luna, ahora están considerando seriamente regresar a México, a pesar de que ambas mujeres han vivido en Estados Unidos desde que eran niñas.
Ambas mujeres tienen trabajos de tiempo completo y son voluntarias en varios grupos comunitarios como Derechos Humanos y PANTERAS.
Luna, que está en DACA, espera que no haya ataques serios al programa. Pero por ahora, las dos están tratando de mantenerse seguras.
“He visto la prosperidad que puede lograrse cuando a alguien se le da una oportunidad aquí,” dijo Rivera de LUCHA. “Necesitamos cambiar esta narrativa y esta creencia. Todo comienza poniendo en primer plano las historias de las personas.”
Susan Barnett es editora adjunta del Foco de Tucson y estudiante de posgrado en la Universidad de Arizona. Anteriormente trabajó para La Estrella de Tucson. Contáctala en susan@tucsonspotlight.org.
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